Decidir, el primer paso para crear una vida feliz
MI BLOG
¿Estás decidiendo el rumbo de tu vida o simplemente dejás que la vida te viva? ¿Te paraste a pensar en todo lo que podrías hacer? ¿Me creés si te digo que solo tenés que decidir para que tus sueños se conviertan en realidad? Son las decisiones que tomamos y no lo que nos pasa lo que determina nuestro destino. ¿Te animás a elegir diferente?
Las decisiones hacen que los acontecimientos se pongan en movimiento
Yo estuve ahí, soñando con una gran vida pero absolutamente paralizada porque no sabía cómo hacerla realidad. Hasta que aprendí que no importa el cómo si es más fuerte la decisión de encontrar el camino, si estamos decididos a convertirnos en aquella persona capaz de lograr ese objetivo. ¿Podés imaginarte siendo esa versión de vos capaz de conquistar la vida de tus sueños? Las decisiones hacen que los acontecimientos se pongan en movimiento. Estás a una decisión de distancia de emprender el mejor viaje de tu vida.
Te voy a regalar la receta del éxito: Distinguir para elegir, decidir quién querés ser y hacia donde querés ir y actuar en concordancia con esa visión de futuro que creaste. Si moldeás tu actitud en consonancia con tus deseos, vas a encontrar el impulso para alcanzar los resultados que buscás.
Cuando realmente tomás una decisión y asumís el compromiso de ser congruente con ella y accionar consecuentemente, se genera una fuerza de cambio que hace que el camino se revele por sí mismo. Esto sucede porque elegimos poner nuestra atención en esa nueva realidad que estamos creando y nuestro cerebro automatiza la búsqueda. Cuando nos comprometemos con nuestro objetivo el universo también se compromete y la magia sucede.
Aprendé a tomar decisiones y entrená tu mente
El cerebro es un músculo y como todo músculo hay que ejercitarlo. Si toda la vida te dijiste, por ejemplo, que no tenías la capacidad para conseguir eso que deseabas, que no te lo merecías o que era muy difícil, tu mente necesita ser entrenada con una nueva creencia que destierre la anterior. Esa nueva conciencia se ejercita tomando decisiones conscientes y concordantes con lo que queremos. La repetición es la madre de toda habilidad, por eso, cuando empezamos a tomar decisiones creamos la capacidad de tomar cada día mejores decisiones. Así, casi de manera natural, el cómo se revela, porque al estar inmersos en esa nueva realidad que estamos creando, nuestra mente encuentra posibilidades en dónde antes solo podíamos ver problemas.
Cuando tomás una decisión, sentís una increíble sensación de bienestar porque la claridad es poder y con claridad podés conseguir los resultados que anhelás. La toma de decisiones, además, nos hace sentir que tenemos control sobre nuestro destino, porque estamos ejecutando y, como somos protagonistas de esas elecciones y acciones, nos sentimos empoderados. Tenemos el increíble poder de transformar una vida rutinaria en una emocionante e ilimitada aventura.
Es hora de tomar las riendas de tu vida
A veces vivimos en automático y, sin darnos cuenta, estamos pagando muy caro el hecho de no decidir, vivimos el presente y pensamos el futuro condicionados por el pasado. Nuestro cerebro tiene la capacidad de cambiar y adaptarse, por eso, al modificar una creencia limitante, todo a nuestro alrededor cambia; al sustituirla por un pensamiento potenciador, un infinito abanico de posibilidades se abre. Sin embargo, como la mente no diferencia la experiencia real de la historia que nos contamos, cuando vivimos atados a nuestras heridas del pasado, decodificamos con ese recuerdo latente el presente. Todos conocemos el dicho “El que se quemó con leche ve la vaca y llora”, bueno, funciona así… Inconscientemente, el cerebro elabora una opinión acerca de un hecho neutro conforme haya sido configurado.
Yo repliqué mi herida de rechazo en todos mis vínculos hasta que pude llevar esa creencia a mi conciencia y cambiarla pero, hasta ese entonces, la falta de pronta respuesta a un mensaje, una negativa a una propuesta o cualquier hecho cotidiano que no se desarrollara conforme a mis expectativas, era entendido por mí como falta de amor. No hacía falta pensarlo siquiera, ese sentimiento aparecía inmediatamente. Esa persona que no había contestado mi mensaje en tiempo y forma me estaba rechazando, no existía siquiera la opción de que estuviera viviendo su vida porque mi creencia de ser indigna de ser amada era más fuerte que mi capacidad de pensar objetivamente el hecho. Ya no importaba si después la respuesta llegaba e, incluso, traía consigo una amorosa explicación acerca de la demora, mi certeza de no merecer amor ya había ganado esa batalla y había emitido tantos pensamientos al respecto que opacaban cualquier acto que viniera de afuera. Así funciona el automático, nuestra programación mental que elabora la respuesta emocional inconsciente.
Eleguí tus pensamientos
Cuando no decidimos nuestros pensamientos, estamos dejando que el cerebro nos cuente la historia que ya conoce. Tal vez te parezca un error de redacción que te hable de elegir los pensamientos, mi yo del pasado habría creído eso, retrucando este artículo al afirmar fervorosamente que los pensamientos no se eligen. Yo no conocía el poder que tenía, por eso vivía presa de las dolencias del pasado. Aquí es donde cobra valor el entrenamiento cerebral. Nuestra mente está hablando continuamente, la escuchemos o no, y no siempre nos habla bonito ni nos dice cosas que nos sirvan. Es increíble todo lo que podemos empezar a escuchar cuando nos prestamos atención. Mucho de lo que escucharemos no nos va a gustar, pero el conocimiento es poder y no podemos elegir los pensamientos que nos potencien si ni siquiera conocemos el funcionamiento de nuestro cerebro.
Es ahí en donde tenemos la opción de decidir cambiar esas voces que nos limitan por nuevos pensamientos que no nos conduzcan a la acción. No se trata de negar las dificultades sino de encontrar el desafío, de autorregularse mediante la organización de las creencias y valores propios. Un problema genera frustración, un desafío, en cambio, motivación. Nosotros elegimos cómo decodificar nuestra realidad. Cuando empezás a decidir desarrollás la voluntad que te llevará al éxito.
No permitas que las programaciones de tu pasado te controlen
Te animo a perder el miedo a tomar decisiones equivocadas, acordate que la peor decisión es no decidir. Y si las cosas no salieran según lo planeado, ¿qué nos viene a enseñar ese supuesto fracaso? Si adoptamos una actitud flexible ante el error y desarrollamos la capacidad de aprender de eso en lugar de reafirmar nuestras creencias limitantes que nos llevan a la autoexigencia desmedida, habremos conquistado una mentalidad de éxito, buscando la mejora continua en lugar de la inalcanzable perfección. Sino estaremos indefendiblemente condenados a repetir el pasado. El éxito llega tras de superar la frustración.
Cuando te das cuenta que tu vida depende de tus decisiones, de la actitud que tomes y no de tus circunstancias, vas a estar realmente capacitado para tomar el control de tu vida. Crear una vida feliz solo está en tus manos.